LA
COLMENA CAÍDA
Había una vez un
inmenso y verde valle lleno de animales, insectos, plantas, arboles... En
este valle todos vivían en armonía, pero estaba organizado por un
egoísta colibrí, que solo actuaba en función de sus intereses. Sin
embargo, el colibrí tenía una gran debilidad, pues le encantaba la miel, es por
ello que él cuidaba mucho a las abejas reinas, ya que éstas eran las dueñas de
los panales que producían toda la miel.
La miel era producida por las abejas obreras que llevaban trabajando toda su vida en el panal. Sin embargo, muchas veces las abejas obreras se sentían un poco explotadas por la abeja reina, pues ésta les exigía que trajeran un especifico tipo de polen, que era muy difícil de conseguir, pesado y además no era de muy buena calidad.
El trabajo de las
pobres abejitas era muy aburrido pues llevaban durante muchos muchos años
haciendo lo mismo y además muchas veces olvidaban las cosas, pues
sabían que todas las instrucciones estaban en los planos de la abeja reina.
sabían que todas las instrucciones estaban en los planos de la abeja reina.
En la otra parte
del valle vivían un grupo de astutas y pequeñas hormigas obreras, que en este
caso trabajaban en la construcción de un gran hormiguero. Aunque también
estaban bajo el mandato del colibrí, como las hormigas no fabricaban nada del
interés del colibrí, el pasaba de ellas.
Las hormigas, en la
construcción de su hormiguero no seguían ninguna clase de planos, utilizaban
una gran variedad de herramientas, materiales y recursos para conseguir el
hormiguero más resistente del mundo.
Un día, una fuerte
tormenta azotó en el valle, se produjeron muchos destrozos. Se rompieron muchas
ramas de los árboles y entre ellas la que sostenía la colmena haciendo que ésta
cayera al suelo y se rompiera en pedazos. Todos los seres del bosque estaban
muy asustados por el aquel mal temporal. Cuando finalizó la tormenta, se dieron
cuenta que los más perjudicados habían sido las abejas, pues su colmena se
había roto en mil pedazos. La abeja reina se esfumó junto con el mal
temporal, así que en la asamblea de abejas, una nueva abeja reina fue nombrada.
Tras el cambio,
tanto el colibrí como la nueva abeja reina les exigieron a las abejas obreras
que reconstruyeran el panal, para seguir produciendo miel. Sin embargo, las
pobres abejas no sabían reconstruirlo, pues con el accidente del panal, habían
perdido los planos y además nunca antes se habían enfrentado a una situación
así. Esta respuesta disgustó enfadó muchísimo a la abeja reina y al colibrí.
Ante esta situación, las pobres abejas estaban muy asustadas, pues no
sabían lo que sucedería ahora.
Afortunadamente,
aparecieron las hormigas que habían sido las menos perjudicadas con la
tormenta, ya que su hormiguero estaba construido con diferentes recursos y
materiales que en su conjunto constituían una indestructible estructura. Éstas
muy amablemente, ofrecieron su ayuda para reconstruir el panal, pero eso sí,
utilizando una gran variedad de técnicas nuevas, mas rápidas, más accesibles y
lo más importante mucho más efectivas, para que no se produjera el mismo desastre
ante una tormenta.
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional
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